Aquí estamos, perdidos en la guerra de la cifras.
Ellos juegan con nosotros a los naipes,
cortando la baraja siempre por el más débil.
Hablan de nosotros sin nosotros,
se apropian de nuestro silencio,
secuestran nuestro presente
y a golpe de incertidumbre,
subastan nuestro futuro.
No somos, son.
Ellos deciden por nosotros,
alimentan nuestra esperanza con cucharadas de mentira.
Su codicia desgarra nuestra dignidad,
condenando al orbe a la miseria.
No podemos verlos pero están ahí,
tan sólo son unos cuantos pero deciden por todos.
Engullen vidas e ilusiones
con el hambre voraz de una legión de caníbales.
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