La humanidad camina desorientada,
le arrebataron la brújula que
apuntaba hacia su dignidad.
Hoy la humildad se viste de miseria,
el sudario vergonzoso que le otorga
la codicia,
ella exhibe obscenamente la sonrisa
pecuniaria,
la caridad es el opio que adormece su
conciencia.
Tiempos vendrán en que la
justicia y su redentora belleza,
brillará con un fulgor que los ciegue
sin remedio.
¡Furia, fuerza... y también esperanza!
ResponderEliminarLa esperanza siempre Paco!!
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