Carta de despedida

A nuestro amigo Antonio Osorio González, con todo mi cariño.

Carmen Hernández Montalbán

Querido Antonio ¿Puedes escucharme?. Dicen que cuando las personas han dejado este mundo hace poco tiempo, se pasean invisibles entre nosotros para despedirse. Me has enviado una señal y quería despedirme de ti hasta que volvamos a vernos quién sabe dónde. Se que ahora mismo me estás mirando picarónamente y que sonríes, con esa expresión tan elocuente que tenían tus silencios. Eras un hombre sabio Antonio, pero antes que todo, eras un hombre bueno. Caminaste entre nosotros sin hacer demasiados aspavientos para hacerte notar, a pesar de tus dotes para la farándula, pero tu recuerdo seguirá vivo mucho tiempo.En el teatro fatalmente vacío de nuestro pueblo, las luces parpadearán en la oscuridad invitándonos a ocupar un escenario abandonado. Las butacas gritarán que la sesión no termine de este modo.
Parece que te estoy viendo compañero, zarandeándome en los ensayos para transformarme en el Don Juan de "La fénix de Salamanca". Difícil hazaña, pero no imposible. A una mujer y más, si es menuda como yo, escasamente puede crecerle la barba..., si tu tocayo Antonio Mira de Mescua nos hubiera visto...
Tenía mucho carácter Don Antonio Mira, estoy segura de que no se hubiera achicado a la hora de dar tres cuartos al pregonero, es lo que va haciendo falta en estos tiempos de tantos "Intereses Creados" y de tan mal gobierno.
Tú, como aquellos otros amigos desaparecidos, nos dejáis un gran mensaje "Que toda la vida es sueño...". Tú, que tanto nos animabas a soñar, también te has ido, honoráblemente y en silencio. Hasta luego Antonio.

Esta confusión que espanta
y esta grandeza que admira
de tanta verdad mentira,
que se celebra y se canta;
de tanto amor sin amor,
de tanta gente perdida,
de tanta bárbara vida,
de tanto gentil señor,
de tanto a pie caballero,
que se ve y se disimula,
de tanto bonete y mula,
de tanto mulo y sombrero,
de tanto ciego con vista,
de tanto sabio sin nombre...

("La fenix de Salamanca" de Antonio Mira de Mesqua

Carmen Olea en "Cuatro intentos de aproximación a la mentira"

Un título muy sugerente para la antología poética que reune las cuatro semblanzas poéticas de sus autores: Carmen Olea, Antonio Ángel del Castillo, Lola Tortosa y Rafael Núñez. Y es que la poesía es un lenguaje cifrado también para quienes la escribimos; las emociones, savia que justifica el discurso del poema se visten inevitablemente de artificio. El resultado es ese intento de aproximación a la mentira. Si el poema nos emociona, el intento será fallido...

Eso le ha ocurrido a Carmen Olea, la poetisa accitana que se deja arrastrar por el torrente de las palabras, para desembocar sin remedio en la emoción.






FESTIVOS Y TIOVIVOS

La lluvia desata agua en diagonal
silencio azul de un otoño pálido

Luces que resbalan entre los huecos del viento
miradas difusas que ya no te pertenecen
sonidos de esplendor sobre las vidrieras
y la lluvia se detiene ante el carrusel

Ahora parece como si todas las flores gritaran en violeta
Como si todas las ansias provocaran nuevos asombros
Como si todas las garras dejaran de ser sombrías
Como si los antiguos eslabones provocaran una libertad nítida
Como si este día de fiesta perdiera su sentido lineal

Y la tierra mojada...

Y el tiempo detenido...

ARTESANÍA DEL HIERRO

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