CARONTE

TRISTE destino el de Caronte¿Cómo ha de ser eso de conducir las almas en su último viaje? Triste, negro y triste el destino de Caronte. Él testigo de las intrigas, de los odios, de la sed de venganza, testigo del arrepentimiento, de la horrible confesión, de la última danza: la danza de los muertos. Caronte vagará eternamente por las riberas de la Estigia, porque no sabe a dónde va, no conoce, no teme, porque no ve. No sabe, ni sabrá nunca hacia dónde se dirigen esas almas que transporta. ¿Es éste su castigo? ¿O ésta su elección? Ha de ser su castigo, pues triste elección ha de ser navegar a merced de lo imprevisible.
Caonte no habla, Caronte no ve, rema. Rema, ama el silencio y escucha. Escucha las voces de aquellos que han de pasar a la otra orilla. Escucha que la felicidad no es más que un instante de placer antes de la muerte. Y la muerte, un impreciso recuerdo de lo que llamamos vida antes del fin. En su barca ha de transportar lo mismo a reyes que siervos, héroes, ángeles o demonios.
Dicen que en la otra orilla, la luna gigantesca parece un sol imantado de rojo sobre el horizonte. Y que por esta señal, intuyen los condenados que se encuentran a las puertas del infierno. Allí la barca, repleta de muertos,se detiene.
Es la nave de Caronte que no podrá jamás remontar la corriente.
Triste destino el del barquero, que sonámbulo y entre amargas sombras ha de seguir navegando por toda la eternidad.
(De Cuaderno de los Icebergs. 2009)
Dora Hernández Montalbán

UN DÍA TURBIO


Cuatro cosas has de procurar: salud, saber, templanza y paz.
Refrán
Aquella mañana salí a la calle como todos los domingos a dar un paseo a través del Hyde Park. La visibilidad era escasa, pero lo achaqué a la niebla que la mayoría de los días de invierno es una constante para los londinenses, sin embargo, el ambiente no estaba húmedo, aquello se parecía más a una calina africana. No le di importancia al principio, no me dejo desanimar fácilmente, y menos cuando se trata de mi paseo matutino. Me extrañó muchísimo no encontrar a casi nadie paseando por allí, miré la agenda de mi reloj por si me había equivocado y comprobé que era domingo. Los domingos el Hyde Park es muy transitado.  Me alarmé un poco al observar que mi suéter blanco se estaba ensuciando por pequeñas partículas de polvo. Me pregunté qué fenómeno inusual habría contaminado el aire de esa manera. Pensé en un incendio y me dirigí a un kiosco cercano para comprar un periódico, por si recogía alguna noticia al respecto, pero el kiosco estaba cerrado. Cada vez más extrañado continué caminando unas cuantas yardas adelante sin toparme con nadie. Finalmente veo a uno de los Speakers’ Corner y corrí hacia él animado de encontrar un alma aquella mañana. Permanecía inmóvil sobre una de las piedras cercanas al lago y llevaba colgada al cuello una pancarta sobre la que podía leerse: “It´s getting worse…(Su situación está empeorando)”.
-¡Buenos días amigo! ¿Tiene usted idea de por qué el aire aparece tan enturbiado esta mañana?
Pero aquel hombre permaneció quieto y mudo ante mi pregunta, tanto que me sentí bastante molesto debido a su falta de gentileza, pero quizá su comportamiento formaba parte de la puesta en escena, así que continué mi paseo apresurando el paso, a causa de mi nerviosismo repentino. Después de andar un buen rato más comencé a sentirme bastante fatigado, la respiración se hacía cada vez más difícil y sufrí un ataque de tos del que tardé un rato en recuperarme. Decidí entonces emprender mi vuelta a casa antes de lo habitual.
Al pasar cerca del lago, donde antes estuviera el primer Speaker ahora había una mujer con un impermeable amarillo que al igual que mi suéter tenía adherida una espesa capa de polvo, llevaba una mascarilla puesta y un cartel sobre el cuello que anunciaba: “Your situation is critical (Su situación es crítica)”.
-¡Maldita sea! –me dije- ¿No hay nadie que tenga esta mañana un mensaje de aliento?
        - ¿Oiga, sería tan amable de decirme qué está pasando? –le pregunté- ¿ha habido algún incendio por la zona?
        La señora, al igual que el anterior no respondió. Sentí deseos de gritarle, de tomarla de los hombros y zarandearla hasta obtener una respuesta, pero me contuve apelando a la cordura que por momentos amenazaba con abandonarme. El miedo me sorprendió cuando sentí mis piernas aflojarse a cada paso. Casi al salir del parque, sobre un cajón de madera había un hombre bastante mayor sentado, llevaba una mascarilla puesta y la botella de oxígeno a su lado, en su cartel decía: “health is not something to play health is very important, you must know it” (con la salud no se juega, apréndetelo)”.
 Fue ahí donde comencé a perder la visión del todo, y debí caer al suelo desmayado. Al despertar me vi en una cama de hospital, mi esposa hablaba con el doctor.
-    Lo encontré en el baño tirado, cerca de la mano, en el suelo, había un cigarrillo encendido. Al parecer se escondía para fumar ¿Es grave doctor?

-    Enfisema pulmonar- dictaminó el médico sin pestañear.

ACCIDENTE DE AVIÓN EN GUADIX EN 1922

La realidad de las tres tumbas extranjeras de Guadix
Hace un par de semanas se presentaba en el patio central del Excmo. Ayuntamiento de Guadix el texto dramático “Tres tumbas Extranjeras”, del dramaturgo accitano Manuel de Pinedo. El tema de inspiración de la obra era, como bien lo expresa el título: Las tumbas de tres extranjeros, concretamente tres franceses que fallecieron en el siniestro accidente de avión acaecido el 26 de julio de 1922 en las cercanías de Guadix, sus nombres eran: Charles Courson de la Villeneuve, Gaton Mechín y Albert Schebat, así lo señalaban las lápidas. El autor ha fabulado sobre la posible visita de los familiares al cementerio de Guadix, donde en efecto se les dio sepultura, por tanto ninguno de los personajes que aparecen en la obra existieron realmente, así lo afirmaba Pinedo. El tema me pareció tan sugerente que decidí emprender la búsqueda de información sobre estas tres personas, para tratar de este modo de desvelar en lo posible su verdadera identidad.
Les voy a contar lo que he averiguado de ellos:
Charles de Courson de la Villeneuve aparece en un árbol genealógico, nació en París el 20 de septiembre de 1890 por lo tanto tenía 32 años en el momento en que falleció. Era hijo de Paul Aurélien Charles Marie de Courson de La Villeneuve y de Juliette Renée Caroline Marie du Châtel. Se casó con Cecile Blanche Guénard de la que tuvo un hijo: Georges de Courson de La Villeneuve y un nieto: Olivier de Courson de La Villeneuve.
Charles de Courson era administrador civil en Marruecos en el período del Protectorado francés. Viajaba a París para encontrarse allí con el mariscal Lyautey.
El segundo de a bordo era Gastón Mechín, el piloto. De él se he podido encontrar más datos debido a una petición de información por parte de su nieto J. Gouédard en un foro de internet, alguien llamado David Mechín, aficionado a la historia de la aviación, le envía un informe detallado de sus investigaciones. Nació en Saint Jean le Blanc, una población del departamento de Loiret, en el distrito francés de Orléans, un 5 de diciembre de 1888, tenía 34 años en el momento de su muerte.
Fue nombrado cabo brigadier el 13 de octubre de 1910. Durante la Primera Guerra Mundial sirvió en las Fuerzas aéreas y fue nombrado sargento el 1 de enero de 1918. Fue herido por un cabo y terminó la guerra con una cita. Después de la guerra, como muchos pilotos, trata de seguir volando y se une a la Compañía Latécoère en 1921, un año antes del accidente. Según su nieto, que posee un diario de su puño y letra, era “un piloto algo terrible”.
Finalmente, del que menos información tenemos es de Albert Schebat Se sabe por la lápida que nació en Alger, capital de Argelia, en 1897, y así consta en la genealogía en la que aparece, que dice que debió ser un 4 de septiembre en Mustapha
(Argel). Hijo de Moise Schebat y de Rachel Darmon, se casó con Suzanne Antoinette Reige y no tuvo descendencia según la genealogía. Por los nombres de sus parientes debió pertenecer a una familia judía. Según consta en las partidas de fallecimiento del Registro Civil de Guadix, era redactor en el periódico "Le Vigie Marocaine".
Del accidente he encontrado algunas citas y noticias en distintos diarios de la época, dos españoles: ABC y La correspondencia de Española. Y un periódico francés: L’Express du Midi. La noticia de los periódicos españoles vienen a decir lo mismo, trascribo la noticia de La Correspondencia de España (Miercoles, 26 de julio de 1922):
“GRAVE ACCIDENTE DE AVIÓN. El piloto y dos pasajeros carbonizados. Un telegrama del pueblo de Guadix, da cuenta de haber ocurrido allí un gravísimo accidente de aviación. A unos siete kilómetros del pueblo y a 200 metros escasos de de la carretera de Granada a Murcia, o sea, sobre el sitio denominado Llanos de Gros, hizo explosión el motor del aeroplano correo de Toulouse a Casablanca, cayendo el avión incendiado a tierra. El piloto y dos pasajeros que conducía, perecieron completamente carbonizados. De tal manera estaban sus cuerpos, que no fue posible identificarlos. En una explanada inmediata al sitio donde cayó el aparato fue encontrada una tarjeta a nombre de Carlos Corsin, piloto aviador; pero se ha comprobado que no pertenece a ninguno de los que viajaban en el aparato estrellado. Se ha verificado en Guadix el entierro de las tres víctimas, asistiendo las autoridades, que presidieron el acto y un gentío inmenso”.
La noticia del ABC no difiere mucho de la anterior.
La traducción de la noticia de L’Expresión de Midi (29 de julio de 1922) es esta:
“Se celebran funerales en Granada del piloto Gaston Midrin y del Teniente de Caballería francés Sr. Villeneuve y Mr. Schoelard víctimas de un accidente de avión, de Toulouse a Casablanca cerca de Guadix.”
Otra reseña periodística que aparece en un blog francés en internet dice lo siguiente:
“El señor de Courson Villeneuve murió en el accidente de una limusina Latécoère Líneas Breguet - probablemente un Breguet 14T - cerca de Guadix, en España. El administrador civil debía encontrarse con el mariscal Lyautey, que estaba entonces en París. El avión fue pilotado por Méchin. Un tercer pasajero murió en el accidente”.
Estas noticias, más o menos distorsionadas del suceso, si tenemos en cuenta los escasos medios con los que se contaban por entonces, van añadiendo información de lo ocurrido y de las personas que protagonizaron aquel desgraciado accidente. Gente que tuvo cierta relevancia en el panorama político de la historia de Francia y Marruecos de principios del S. XX., cuando la aviación aun estaba en pañales. La casualidad quiso que Guadix fuera el lugar donde tuvieran su descanso final.




Carmen Hernández Montalbán

GENEALOGÍA