LA NOVELA DE GUADIX, por Fernando de Villena.


                            
página de Wadias Actualidad y Cultura mayo 2019





Con la novela “Memorias de la cautiva” la escritora accitana Carmen Hernández Montalbán acaba de ganar el premio de narrativa de la editorial “Alféizar”. Se trata de un libro impregnado de principio a fin por una gran sensibilidad femenina (y no por ello feminista en ninguna de sus páginas). Es una obra llena de sensaciones olfativas, del gusto, del tacto, y en la cual se recrean maravillosamente las atmósferas de los distintos lugares donde se desarrolla la acción y también la de la época: los siglos de Oro.
            Las protagonistas son dos mujeres, Angélica y Ana, de diversas generaciones, pero con importantes vínculos. Aunque en la novela existe otra protagonista aún más señera: Guadix.
            Conozco bien Guadix y puedo afirmar que es una ciudad difícil, fría, cerrada, acaso demasiado viril, aunque tal vez en todo ello se cifre su hermosura. Pues bien, Carmen Hernández Montalban consigue en las páginas de estas “Memorias de la cautiva” apresar el alma de esta ciudad cargada de historia y de misterio.
            Pero es que además de los personajes principales existen en el libro otros de gran interés y fuerza: esas moriscas convertidas sólo a medias a la fe cristiana, esas criadas, esas sórores, esas señoras linajudas… Toda una galería de retratos llenos de viveza y con ellos un caudal de verdadera cultura popular: recetas culinarias antiguas, remedios curativos ajenos a la medicina tradicional, jaculatorias, refranes… ¡Una delicia!
            La obra está inspirada en la figura del poeta y dramaturgo accitano Antonio Mira de Amezcua, aunque él mismo apenas aparezca en las páginas del libro. Carmen Hernández Montalbán trabaja en el archivo Diocesano y Capitular de Guadix y su experiencia en el trato con legajos de antaño se nota no sólo en el dominio del léxico áureo y en el conocimiento de las genealogías de los personajes históricos que se nos presentan, sino también en lo atinente al doctor Mira. Conoce la autora los estudios de Carlos Asenjo Sedano, Concha Argente del Castillo y Agustín de la Granja, y de todo este trabajo erudito se vale para acometer su narración a la que, sin embargo, no le resta ni un ápice de amenidad. La novela se lee casi de corrido, con interés creciente, sin que la documentación asimilada ahogue en ningún momento el discurrir de los hechos. Y es que Carmen Hernández Montalbán sabe mantener el pulso narrativo.
            A veces, los saltos temporales pueden confundir al lector, pero pronto se acostumbra a ellos.
            Jalonan el texto profundos pensamientos y hermosos símiles y toda la obra se encuentra salpicada de magia y de sabor.
            Sabemos que la autora tiene en proyecto una nueva novela histórica situada en la Guadix romana. Yo le recomendaría que también escribiese otra sobre la guerra civil en la ciudad y crease con ello una gran trilogía accitana.

                                                           
            



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